martes, 17 de mayo de 2011

SOBRE LA RESURECCIÓN

Seguramente muchos habrán leído sobre este tema. Los que más, ya saben que no deja de ser el punto central de la fe Cristiana. Sus consecuencias para la persona creyente está más que establecida. Entonces, ¿por qué esta entrada? Porque no dejo de creer que es necesario defender y dar razones de mi fe en todo momento.

¿Y qué razones puedo dar sobre la Resurrección?

Pues para empezar, parto de los siguientes datos:

1. Jesús murió en la cruz.
2. La tumba apareció vacía.
3. Se produjo el "Anuncio de Pascua".

1. Jesús murió en la cruz. Este dato está más que confirmado. Las referencias no son sólo bíblicas, los testimonios extrabíblicos, sobre todo del mundo grecolatino y judío son más que suficientes para verlo.

2. La tumba apareció vacía. Este hecho es crucial. Una tumba con los restos del cuerpo de Jesús echaría por tierra la teoría de la Resurrección. si Jesús fue colocado en una tumba concreta, esta misma tumba era conocida por los soldados romanos, las autoridades judías y las mujeres discípulas, está claro que si no hubiera desaparecido el cuerpo de la tumba, las autoridades del Sanedrín, interesadas en que no saliera adelante este culto, lo habrían mostrado.

3. Se produjo el "Anuncio de Pascua".  ¿qué es este anuncio? sencillamente en ese momento una serie de personas cercanas a Jesús empezaron a decir lo siguiente: "hemos visto a Jesús vivo, el mismo que fue crucificado, y somos testigos de ello".

Los tres hechos en conjunto lo podemos ver en la escena del libro de hechos, cuando Pedro y Juan son arrestados por segunda vez. (Hc 5, 38-39) El sabio Gamaliel les aconseja: "Si su proyecto o su actividad es cosa de hombres, se vendrán abajo. Pero si viene de Dios, ustedes no podrán destruirlos, y ojalá no estén luchando contra Dios". Si nos fijamos, podemos ver que en el mismo Sanedrín no están seguros de lo que está pasando. Saben que el cuerpo no está, saben que mucha gente empieza a afirmar verlo visto (más de quinientos) y que muchos judíos de Jerusalén se están convirtiendo en seguidores del Nazareno. Sin la resurrección, estos hombres no hubieran empezado todo esto, no hubiera surgido una locura así (decir que el mismo que murió en la cruz, está vivo) Pero quizás la prueba definitiva la tengo en el testimonio vital de estas personas, de cómo se comportaron y qué acciones realizaron después, para terminar sus vidas.

Este cuadro puede ser muy ilustrativo:


Andrés: Crucificado. 
Bernabé: Apedreado por los judíos. 
Bartolomeo: Muerto por apaleamiento. 
Jacobo, el hermano de Cristo: Apedreado. 
Jacobo, el pequeño: Tirado al vacío desde una torre del templo y golpeado. 
Juan: Muerte natural. 
Judas: Crucificado. 
Lucas: Colgado de un olivo. 
Marcos: Arrastrado por los pies por las calles y después quemado. 
Matías: Apedreado y decapitado. 
Mateo: Muerto por espada. 
Pablo: Decapitado. 
Pedro: Azotado y crucificado boca abajo. 
Felipe: Azotado y crucificado. 
Simón: Crucificado. 
Tomas: Muerto con lanza. 
Jacobo, el hijo de Zebedeo: Muerto por espada. 
Tadeo: Muerto con flechas. 

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