Yo, Juan J. Rodríguez, bautizado en la fe del nazareno el 21 de noviembre de 1975, dentro de la confesión católica,
Declaro:
Que abandono de forma definitiva y perpetua la organización Iglesia Católica.
Que asimismo, abandono la fe cristiana en cualquiera de sus formas.
El motivo principal es la profunda decepción y desengaño que tengo con la organización religiosa Iglesia Católica en los últimos 13 años de mi vida. Este desengaño, desencanto y decepción se produce por una acumulación de sucesos, hechos y escándalos que paulatinamente me han ido alejando de la Iglesia Católica a la cual en su época estaba muy unido. Estos sucesos los podemos resumir en:
- el comportamiento culpable y cobarde de los pastores frente al escándalo de la pederastia por parte de miembros religiosos y consagrados a lo largo de estos años,
- la participación de miembros consagrados en la trama de bebés robados en España, así como la nula intención de los dirigentes por ayudar a aclarar este suceso y en su caso encontrar a esos bebés.
- el apoyo consciente, o la impasibilidad al menos ante tres casos flagrantes de actuaciones sectarias como son las apariciones del retiro, el escándalo del fundador de la legión de Cristo, y el último caso, el suceso de la orden y mandato de san Miguel.
- la actitud y comportamiento hipócrita de las autoridades religiosas respecto a los sacerdotes secularizados y casados frente a los sacerdotes pederastas, a los primeros ( los casados) siendo completamente marginados por la iglesia, y los segundos (los pederastas) protegidos y ocultados para evitar escándalos mediáticos a costa de la justicia y la verdad.
Aclaro:
Que no deseo ser ni ateo ni agnóstico, soy y he sido una persona religiosa, que comprende y vive la necesidad humana de la religión.
Que mi deseo es el culto y la oración como parte de mi vida diaria y cotidiana.
Que no encuentro en las demás confesiones basadas en las enseñanzas del nazareno ninguna que me satisfaga plenamente.
Que en cambio he encontrado en la antigua religión doméstica anterior a la cristiana un culto y una fe más acorde con mi necesidad religiosa, más cercana a mi naturaleza humana y más coherente y liberadora.
Oración:
Benditos Lares de mi familia,
Benditos Penates de mi hogar,
Sagrado Genio que me proteges,
Y Bendita Madre Vesta,
Reina de nuestro Hogar,
Honrados y Benditos Manes,
Antepasados que nos protegen,
A todos os ruego
Iluminad nuestras vidas,
Y protegernos frente a los peligros.
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